Recientes descubrimientos en el ámbito del Alzheimer revelan determinantes de susceptibilidad y resistencia.
Una minuciosa investigación genética y de laboratorio involucrando más de un millón de células de aproximadamente 70 tipos distintos y originarias de seis áreas diferentes del cerebro de 48 individuos, de los cuales 26 fallecieron siendo portadores de Alzheimer y 22 sin la enfermedad, ha puesto de manifiesto la relevancia crítica de la proteína reelina en la fragilidad cognitiva, y el papel de un nutriente, la colina, en su preservación.
Innovaciones en la microscopía de células individuales
Gracias a descubrimientos efectuados por especialistas del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), difundidos recientemente en la revista Nature, aplicando una metodología de análisis a nivel celular, accesible públicamente para su uso por otros científicos, ha sido posible este avance.
Incluso utilizando equipos de menor avance tecnológico, Alois Alzheimer fue capaz de identificar las primeras zonas cerebrales impactadas por el deterioro asociado a esta enfermedad, el hipocampo y la corteza entorrinal, encargadas de la memoria y orientación espacial.
“A diferencia de las placas de amiloide que veía Alzheimer, nuestra técnica de microscopía a nivel de célula única nos permite monitorear, con gran detalle y célula por célula, cientos de modificaciones biológicas sutiles pero significativas que se producen como respuesta la enfermedad”, explica Manolis Kellis, un reconocido investigador en biología computacional del MIT.
“La correlación de estos datos con el estado cognitivo de los sujetos de estudio nos ofrece una vista detallada de cómo las variaciones celulares se vinculan con la pérdida de facultades mentales o la capacidad de su preservación, lo cual es fundamental para el desarrollo de futuros tratamientos”, añade.
La revelación de la reelina en la lucha contra el Alzheimer
Mediante el uso de esta avanzada técnica de microscopía, los científicos han podido identificar la disminución en la cantidad de ciertos tipos de neuronas en el hipocampo y en la corteza entorrinal en individuos afectados por Alzheimer.
Los análisis señalan que estas neuronas afectadas, que forman un circuito interconectado, eran productoras de reelina, una proteína ya vinculada en estudios previos con la conservación de funciones cognitivas.
“Esto nos lleva a concluir que la reelina tiene un efecto protector sobre el cerebro y que su disminución está directamente relacionada con el deterioro cognitivo”, comenta el neurocientífico del MIT, Li-Huei Tsai.
Este vínculo entre la reelina y la vulnerabilidad cognitiva fue aún más robustecido cuando los científicos observaron que los subtipos de neuronas que se mostraron especialmente susceptibles tenían un papel crucial en la señalización de esta proteína. La comparación de muestras de tejido cerebral humano y de ratones con Alzheimer confirmó la disminución de neuronas productoras de reelina en ambos.
Elementos de resiliencia cognitiva
La investigación también ha descubierto elementos cruciales que contribuyen a la preservación de la función cognitiva.
Los descubrimientos sugieren que el mantenimiento de un buen nivel cognitivo se asocia con cantidades adecuadas de astrocitos, células que desempeñan un papel vital en el soporte y funcionamiento de las neuronas.
Estos hallazgos se alinean con investigaciones previas de Tsai y Lundqvist, también del MIT, que muestran cómo un suplemento de colina puede mejorar la resistencia de los astrocitos frente a alteraciones génicas asociadas con un mayor riesgo de Alzheimer.
Además, el estudio destaca el potencial antioxidante y antiinflamatorio de la espermidina, otra molécula que podría ser beneficiosa para conservar la función cognitiva y que podría incorporarse mediante suplementos dietéticos. Observaciones directas en muestras de tejido cerebral revelaron que una mayor expresión de ciertos genes por parte de los astrocitos está ligada a una mejor recuperación cognitiva.