Impulsos cognitivos influyentes en la sociedad

Reflexiones de pioneras en la lucha por la igualdad

Las mujeres, el mundo laboral, la cultura… Explorar las ideas de figuras femeninas latinoamericanas y caribeñas en 1924 es un legado posible gracias al trabajo histórico de Petronila Angélica Gómez Brea, Consuelo Montalvo de Frías y María Luisa Angelis de Canino, quienes se encargaron de preservar, editar y difundir durante 17 años seguidos, para que ni el paso del tiempo ni la negligencia silenciaran los auténticos argumentos que dieron inicio a la ciudadanía femenina.

Además, de entre las 209 ediciones de Fémina hace un siglo, las publicadas en 1924 arrojan luz sobre la toma de conciencia frente a las opresiones, especialmente aquellas mujeres que lograron profesionalizarse y romper con las limitaciones impuestas por los roles que las confinaban al ámbito doméstico; así como también hombres pro-feministas y aliados. En un espíritu de solidaridad y con la visión de un futuro diverso, estas mujeres escribían y argumentaban, convirtiendo sus ideas en el tesoro de aquellos ejemplares tan buscados que se adquirían en las farmacias de todo el país, mayormente atendidas por las primeras farmacéuticas. ¡Un bálsamo para liberar mentes!

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La importancia de la educación en la emancipación femenina

En cuanto al futuro y destino de las niñas, recordamos las palabras del escritor y activista por la igualdad, Enrique Sánchez González: “Antiguamente en nuestro país, los padres solo pensaban en educar a sus hijos, y en el caso de las niñas pobres y delicadas, no se esforzaban por brindarles una educación adecuada, simplemente creían que las mujeres debían limitarse a las labores domésticas”.

La preocupación de Sánchez González también era compartida por la colaboradora habitual, la educadora peruana Elvira García García, quien consideraba esencial la educación de las niñas y mujeres… Pero, ¿qué tipo de educación era la adecuada en una época de reivindicación ciudadana? Ella lo explicaba así: “No debemos creer que con la educación que recibimos en los colegios estemos preparadas para enfrentar la vida, ni mucho menos para resolver los grandes problemas que se nos presenten. (…) Siempre he creído que el éxito de la mujer no será otro que la preparación de su espíritu”.

El rol del trabajo en la dignidad femenina

Para la pionera de la medicina dominicana, Evangelina Rodríguez, la educación para la defensa de los derechos y el trabajo iban de la mano: “La dedicación al trabajo es un valor fundamental para las grandes civilizaciones. Es un error de muchas mujeres creer que el trabajo las desacredita no solo a los ojos de aquellos a quienes intentan complacer, sino también a los demás”. Con estas palabras, desmontaba el mito de que al trabajar, las mujeres perdían sus virtudes.

En esa misma línea, la escritora y periodista venezolana Inocencia García reconocía la labor silenciosa de las mujeres encargadas de las labores domésticas: “Existen numerosos ejemplos de mujeres a lo largo de la historia en todas las épocas (…) El mundo aplaude a las santas, da reconocimientos a las heroínas, admira a las guerreras; pero a las valientes mártires del hogar no les brinda ninguna recompensa ni logro, incluso ellas no lo esperan ni lo desean”.

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El poder transformador de la palabra escrita

En la complejidad de definir el concepto de la “nueva mujer”, se destaca la importancia de la lectura de libros cuidadosamente seleccionados, escritos por mujeres. Estas autoras enfatizan en la influencia del espacio propio: “Muchas mujeres que hoy luchan, incluso si son rechazadas o incomprendidas, ya no guardarán silencio, escribirán y hablarán hasta ser escuchadas (…) Las mujeres que redactan libros o periódicos feministas deben ser necesariamente valientes”, expresaba la socióloga mexicana Sofía Villa de Buentello.

La participación política de las mujeres en la sociedad

Mientras la primera dama Trina de Moya de Vásquez resaltaba la posición femenina de aquellas que se dedican al servicio patriótico: “Aquella que se esfuerza por estudiar y alcanza rápidamente un título honorífico; la que es un ejemplo vivo de caridad cristiana, la que es mujer, la que es dominicana y está llena de sentimientos y compasión”… También encontramos la ferviente consigna en favor del sueño de participación política plena, en las palabras de Consuelo Montalvo de Frías: “La mujer dominicana, enaltecida por sus incomparables virtudes, se convierte en una entidad. Pronto, muy pronto, acudirá a las urnas electorales para emitir su voto desprovisto de pasiones, un voto honesto por el ciudadano que defienda los sagrados derechos de la libertad. Absolutamente libre, soberana e independiente, sabremos preservar la hermosa tierra que meció nuestra cuna y la de nuestros hijos”.

Conclusión

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Este legado de pensamiento y acción no solo nos recuerda el poder transformador de la palabra escrita, sino que también nos impulsa a seguir luchando por una sociedad más justa e igualitaria. Las voces de estas pioneras siguen resonando con fuerza en la actualidad, invitándonos a reflexionar y actuar con valentía y determinación. Que su ejemplo nos ilumine y nos anime a construir un futuro en el que la equidad y la justicia sean una realidad para todos y todas.

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