Momentos de reconocimiento y gratitud
Recordando el mes de mayo en mi querida localidad, no solo se limitaba al homenaje materno. Cada uno llevaba una flor especial en el uniforme escolar como gesto de amor hacia sus madres, algunas rojas y otras blancas en honor a quienes ya no estaban presentes. Las aulas resonaban con cantos y versos repletos de emoción.
Un recuerdo compartido en aquel instante: “Entregué una flor a la colina y pedí que la llevara a quien más me quisiera, con el mensaje de ser la más fragante entre todas las que decoran el paisaje”.
La sorpresa llegó al ver cómo el ave depositaba la flor en la fría tumba donde reposa mi querida madre, un conmovedor tributo a mi heroína de la vida.
Extra: Aprecia la belleza de la naturaleza en primavera.
Alentábamos la siembra de nuevos árboles entre cánticos de alegría.
Resaltábamos en mayo las virtudes maternas y la fresca sombra de los árboles. Aquel ambiente en mi comunidad, especialmente durante la estación seca, convertía a la sombra de algunos árboles en referentes distinguidos del vecindario.
En las noches de mayo, nos congregábamos en la iglesia con ofrendas florales a María.
Unámonos con alegría llevando flores en abundancia, en honor a María, nuestra madre celestial.
Recogíamos las flores del jardín de casa para ofrecerlas en devoción en el santuario.
A pesar de la modesta cantidad de flores en nuestro patio, guardo con cariño el aroma de los pequeños claveles que allí crecían.