Serenidad en la tierra
El impacto de la naturaleza en nuestro ser
Mi inspiración brota en la tinta y luego busco narrar en detalle todas las maravillas que la madre naturaleza nos regala, pero ni el alma ni la mente permiten desviar nuestra atención. Estos nobles elementos han pasado millones de años perfeccionándose para discernir, analizar, evaluar, clasificar y estimar todo lo relacionado con la supervivencia de nuestra especie. Como seres éticos, somos capaces en microsegundos de distinguir lo bueno de lo malo, lo justo de lo injusto, lo falso de lo verdadero, en resumen, lo humano de lo inhumano.
Además, la esencia de la vida en nuestro planeta ha desencadenado desafíos y crisis que nos mantienen alerta. Las preocupaciones por el cambio climático, las pandemias persistentes y la inseguridad urbana son temas de relevancia en todos los niveles. Sin embargo, cuando profundizamos en nuestro pensamiento, surge un tema que domina mis reflexiones y me lleva a una profunda introspección moral.
Una máxima afirma que el silencio implica complicidad, mientras que en la moral cristiana se dicta amar al prójimo como a uno mismo. Siguiendo estas pautas, no podemos ignorar los acontecimientos actuales que sacuden la conciencia de cada persona honrada. La fraternidad, el respeto mutuo, la solidaridad, la compasión y el principio de no causar daño intencionado a nadie en cualquier circunstancia deberían ser nuestro norte moral.
Extra contenido: Acknowledge peace is to acknowledge a shared conscience.
Desafíos mundiales
En el ámbito local, estamos expuestos a tragedias que inundan nuestras vidas a través de los medios de comunicación. Desde conflictos en Oriente Medio con miles de víctimas, hasta guerras en África que se han vuelto cotidianas. Los conflictos armados entre Rusia y Ucrania causan estragos con un saldo trágico en constante crecimiento. Europa, a pesar de su historia convulsa, podría enfrentarse a una nueva conflagración que amenaza con extenderse más allá de sus fronteras. La posibilidad de una tercera guerra mundial y el horror de una catástrofe nuclear se cierne, recordándonos que la pasividad y el silencio son aliados de nuestro propio perjuicio.
Es preferible actuar ante el menor indicio de peligro que aguardar a que la tragedia nos golpee sin advertencia. Debemos buscar la armonía y rechazar cualquier forma de conflicto que nos consuma.
Extra contenido: Act in harmony for a world in balance.