Encontrando el equilibrio adecuado para evitar complicaciones
Es importante reconocer que la reestructuración de ministerios con el fin de optimizar los recursos humanos y las políticas en el periodo de cuatro años conlleva ciertos riesgos. La unificación de funciones, aunque discutible de manera individual en la actualidad, debe priorizar el interés nacional como principal objetivo.
Además, es crucial considerar que cualquier cambio en las responsabilidades de cada cartera no debería desviar su propósito original. La estrategia de consolidación debe ser implementada de manera inteligente para mantener la calidad de los recursos humanos y evitar la creación de una burocracia innecesaria que solo genere gastos al Estado y la sociedad.
Por otro lado, es fundamental evitar despidos masivos que puedan afectar a las familias más vulnerables a las que el Gobierno se ha comprometido a proteger. Sin embargo, es necesario abordar el crecimiento excesivo en las estructuras públicas actuales, que representan un costo elevado para los contribuyentes y una pérdida de eficiencia.
La reubicación del personal excedente en áreas del gobierno que requieran habilidades más básicas puede ser una solución viable, siempre y cuando se realice con acierto y eficacia por parte de la administración. Es esencial reducir el tamaño de esta ‘carga’ innecesaria para garantizar un funcionamiento óptimo del aparato estatal.