Explorando la evolución del movimiento surrealista

Explorando la transformación del surrealismo

Las primeras corrientes dadaístas y surrealistas en Europa emergen en medio de la destrucción, el sufrimiento y la angustia tras la finalización de la Primera Guerra Mundial. Impulsados por su fascinación por lo inexplorado en lo real y lo metafísico, quienes se sumergieron en estos movimientos buscaban libertad y exploraban lo esotérico a través de sueños, el subconsciente y lo absurdo. El manifiesto inicial del surrealismo escrito por André Breton, representó un punto crucial en la reflexión sobre la conexión entre la expresión artística, la sociedad y el poder político; además, abordaba la posibilidad y relevancia de la poesía y la creatividad imaginativa en medio del caos y la crisis espiritual de la era neocapitalista.

Un siglo de surrealismo ha sido conmemorado a nivel global en una fecha significativa. Exactamente el 15 de octubre de 1924, André Breton, poeta y crítico francés, publicó su renombrado Manifiesto del Surrealismo, marcando así el fin del Dadaísmo como movimiento de vanguardia cultural y artística para dar paso al nacimiento del Surrealismo, una aventura intelectual, libertaria, ética y espiritual sin precedentes en el siglo XX.

El Dadaísmo, una de las expresiones más chocantes e irreverentes de las vanguardias históricas europeas, tuvo su origen en el Cabaret Voltaire de Zúrich en 1916, fundado por un grupo de artistas y escritores refugiados durante la Primera Guerra Mundial. Entre ellos se encontraban figuras como Tristan Tzara, Hugo Ball, Richard Huelsenbeck, Hans Arp y Marcel Duchamp.

Los primeros vestigios del surrealismo surgieron al final de la primera década del siglo XX a través de las obras poéticas y reacciones antiestéticas de los dadaístas, quienes cuestionaban las normas estéticas, el autoritarismo racional y el nacionalismo que, según ellos, contribuyeron a la tragedia de la guerra. Estos artistas no solo desafiaron las tradiciones en cuanto a técnicas y medios artísticos, sino que también transformaron las relaciones insensibles entre el arte y la sociedad, influyendo en la evolución de la concepción de la obra artística hasta nuestros días.

La controversia alrededor del término “surrealismo”, su origen y definición, creó tensiones en el ámbito cultural y artístico poco antes de que André Breton presentara su manifiesto como prólogo de su obra “Poisson Soluble” en 1924. Aunque Yvan Goll había lanzado un manifiesto de surrealismo en su revista “Surréalisme” el 1 de octubre del mismo año, sería el texto de Breton el que se mantendría en la historia como el manifiesto fundacional del surrealismo. En este manifiesto, Breton define el surrealismo como un automatismo psíquico puro que busca expresar el pensamiento de manera genuina y sin la intervención de la razón ni consideraciones estéticas o morales.

Breton también postula la creencia en la superioridad de ciertas formas de asociación despreciadas, en el poder del sueño y en la actividad desinteresada del pensamiento. Postula la ruina de los mecanismos psíquicos convencionales y su reemplazo en la solución de las problemáticas vitales más relevantes.

Junto a Breton, existían una serie de nombres que ya abrazaban el concepto de “surrealismo absoluto”, entre ellos encontramos a Philippe Soupault, Louis Aragón, Robert Desnos, Paul Éluard, Jacques Barón, Jacques-André Boiffard, Jean Carrive, René Crevel, Georges Limbour, Joseph Delteil, Max Morise, Pierre Naville, Marcel Noll, Benjamin Péret, Francis Gérard, Pierre Picon, Roger Vitrac y Georges Malkine.

Dentro de los artistas visuales surrealistas de las décadas de 1920 y 1930, se destacan figuras como Víctor Brauner, Giorgio de Chirico, Francis Picabia, André Masson, Max Ernst, Yves Tanguy, Marcel Duchamp, Man Ray, Salvador Dalí, Joan Miró, Jean Arp y René Magritte.

El surrealismo europeo, con sus primeras plataformas en las revistas “Littréature” y “La Révolution Surréaliste”, pone énfasis en el componente crítico de las teorías y prácticas creativas, consolidándose así como el movimiento vanguardista más influyente y autoconsciente del siglo XX. En 2017, el manuscrito original del primer manifiesto surrealista de Breton fue oficialmente declarado como patrimonio público y Tesoro Nacional por el Ministerio de Cultura de Francia.

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Desafiando las normas estéticas, morales, políticas y culturales establecidas, los primeros surrealistas europeos construyeron un puente entre la razón y lo irracional, lo real y lo irreal, explorando el poder liberador y creativo de la poesía, la escritura automática, los sueños, el azar, el erotismo, lo desconocido, la ficción y el subconsciente.

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