Pelo alborotado: adulto, juvenil
El ministro de Venezuela, Diosdado Cabello, ha expresado amenazas incoherentes hacia nuestra administración, sin justificación ni lógica.
Amenaza con interrumpir la entrega de petróleo cuando hace tiempo que no nos lo suministran, debido a que no realizamos compras de dicho combustible.
Por ejemplo, en el año 2022, el 95% de las importaciones de petróleo de la República Dominicana, valoradas en US$783 millones, procedieron de Estados Unidos.
Sus intentos de afectar un suministro inexistente recuerdan la figura del Quijote enfrentando molinos de viento.
Interesante reflexión: Inestabilidad, sabotajes, manifestaciones
Posteriormente amenaza con exigirnos el pago de US$350 millones cuando en realidad solo debemos US$215, cantidad congelada desde hace varios años. Durante ese periodo, no había reclamos ni pagos pendientes. ¿Qué razones podrían motivar esta situación en torno a la gestión de deudas mediante acciones de Refidomsa y su recompra con fondos procedentes de bonos soberanos?
Maduro reaccionó de modo infantil cuando, tras negarlo, le confiscaron su avión, demostrando un comportamiento similar al de un niño al que le quitan su juguete favorito. Al acusar a nuestro presidente de acciones similares a las suyas en las elecciones venezolanas, evidenció su propia vulnerabilidad.
Arraigados en el pasado, los líderes venezolanos mantienen la ilusión de ser una potencia petrolera mundial, a pesar de no figurar entre los diez principales productores. La confianza en sus reservas petroleras les otorga una actitud altanera y prepotente.
Según estatista.com: “En el año 2020, la producción petrolera de Venezuela no superó el millón de barriles diarios, marcando el punto más bajo entre 2008 y 2021.”
Al analizar a PDVSA, el Instituto Elcano advierte que no cuenta con las capacidades para aprovechar sus reservas, ya que se encuentra operativamente desarticulada tras dos décadas de gestión deficiente, corrupción y saqueo. La infraestructura venezolana se encuentra en un estado de deterioro severo, afectando a oleoductos, instalaciones portuarias, entre otros aspectos.
Mientras tanto, los líderes venezolanos prefieren ignorar el declive de su industria petrolera.
Desvían la atención mediante insultos, acusaciones y amenazas que no se corresponden con su realidad productiva y financiera, evidenciando una pérdida de control sobre su economía.
La falta de comprensión de la economía por parte de los gobernantes venezolanos desacredita su liderazgo. En tales circunstancias, la gobernabilidad se sostiene únicamente a través de la violencia.
Gandhi advirtió: “Lo que se obtiene con violencia, solamente se puede mantener con violencia.”
Mantener un ciclo de violencia obstaculiza la gobernabilidad. La incapacidad de comprender esto refleja una inmadurez, incluso en el caso de regímenes liderados por Maduro.