La contienda electoral en Venezuela llega a su fin, con Edmundo González Urrutia liderando las encuestas por encima de Nicolás Maduro. El interrogante principal para los votantes es qué ocurrirá con la economía nacional tras un periodo prolongado de adversidades que ha intensificado el éxodo hacia naciones como Estados Unidos.
Entre 2014 y 2022, el Producto Interno Bruto (PIB) de Venezuela se redujo en más del 70%, distanciándose económicamente de países como Colombia o Argentina.
La debacle económica comenzó con el desplome de los precios del petróleo, desencadenando años de recesión y una hiperinflación exacerbada por un éxodo masivo de sus habitantes y por las sanciones aplicadas por Estados Unidos en 2019.
Para el corriente año, los analistas proyectan un crecimiento del PIB del 4%. Sin embargo, surge la duda de si este incremento guarda relación con los resultados de las últimas encuestas.
Según Víctor Mijares, profesor de relaciones internacionales en la Universidad de los Andes y entrevistado por RFI, “Nicolás Maduro no ha propuesto un programa económico, posiblemente debido a ideologías, pero también por motivos tácticos”.
“La apertura económica, incentivando las inversiones externas o incluso considerando la privatización de la industria petrolera y de PDVSA, son aspectos que el régimen chavista se ha negado a contemplar”, añade Mijares.
La era post-electoral y su impacto en la inversión
Si el opositor Edmundo González Urrutia resulta ganador, se vislumbra un escenario radicalmente opuesto. “Un retorno a un marco democrático podría reinstaurar las garantías jurídicas”, menciona Mijares.
“Ofrecer garantías legales podría motivar tanto a inversores internacionales como locales a empezar proyectos en Venezuela, considerando la actual desconfianza generalizada de la población y de los venezolanos en el extranjero hacia la inversión en el país”, subraya.
Mijares enfatiza que la clave para la recuperación económica de Venezuela radica en la liberalización económica y el levantamiento de las sanciones. Sin embargo, aclara que para abrir completamente la economía del país se necesitan reformas jurídicas profundas, un proceso que Edmundo González tiene en mente pero a largo plazo.
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Agregando un párrafo adicional, es de notar que el contexto político y económico en Venezuela se encuentra en un punto crítico, donde las decisiones post-electorales tendrán efectos duraderos y significativos en la estructura socioeconómica del país. La comunidad internacional mantiene su atención en los cambios que puedan surgir a partir de estos comicios, esperando señales de apertura y reformas que habiliten un entorno más propicio para el desarrollo y la estabilidad económica de Venezuela.