El endeudamiento y el crecimiento en la región norteña
Según datos del Instituto Peterson, la deuda pública en los Estados Unidos ha superado los US$35 billones, representando un 123 % del PIB nominal. Al mismo tiempo, las estadísticas de la Oficina de Análisis Económico del Departamento de Comercio muestran un incremento de US$6.5 billones en el PIB desde el último trimestre de 2020. Coincidentemente, la deuda pública también ha aumentado en US$7 billones en términos nominales. Esto plantea la interrogante sobre si el crecimiento económico reciente ha sido resultado del endeudamiento gubernamental.
En cuanto al crecimiento económico, históricamente se ha identificado que la expansión del PIB está influenciada por tres factores clave: el incremento de la fuerza laboral, el crecimiento de la productividad total de los factores, que refleja la eficiencia económica, y la variación en la inflación. En los últimos años, la economía de Estados Unidos ha mantenido su dinamismo apoyada en estos indicadores. Por ejemplo, el vigoroso crecimiento de la fuerza laboral, impulsado por la inmigración, ha llevado a un aumento en la productividad, potenciado a su vez por avances tecnológicos. Estos elementos han contribuido a un crecimiento del PIB real cercano al 2 %, sumando US$1.5 billones desde finales de 2020.
El incremento restante en el PIB nominal desde la pandemia puede vincularse al significativo endeudamiento gubernamental, derivado de los paquetes de estímulo post-COVID-19. La administración Trump amplió el déficit fiscal con los recortes de impuestos, mientras que Biden impulsó la iniciativa Build Back Better para mejorar la infraestructura, aunque parte de los fondos se destinaron al consumo, provocando la inflación en 2021 y 2022.
Reto futuro y perspectivas
El desafío futuro para la economía estadounidense radica en sostener su competitividad y crecimiento mediante inversiones productivas. A corto plazo, se busca evitar una recesión, siendo el crecimiento del PIB real del 3 % en el segundo trimestre un indicador positivo. El Ingreso Nacional Bruto (INB) y el Producto Interno Bruto (PIB) miden la producción de diferentes maneras, siendo esenciales para anticipar el crecimiento económico futuro según la economista Claudia Sahm.
La economía estadounidense muestra un crecimiento moderado apoyado en el aumento de la fuerza laboral, la productividad y la desaceleración inflacionaria. Esto allana el camino para posibles recortes de tasas de la Reserva Federal, en aras de lograr un aterrizaje suave que beneficie a la población en general.