Rememorando la devastación: el ciclón San Zenón y su impacto en República Dominicana
Lamentablemente, la historia nos recuerda que hace 94 años, un ciclón devastador conocido como San Zenón azotó a República Dominicana, dejando tras de sí un paisaje de destrucción y un saldo trágico de más de 3 mil personas fallecidas y miles de heridos, marcando un hito sombrío en la historia del país caribeño.
En la actualidad, este aniversario se recibe con condiciones climáticas inclementes, reflejando la furia de aquel fatídico día en 1930, cuando el huracán se abatió sobre la ciudad de Santo Domingo a una velocidad extrema y sin piedad.
La fuerza destructiva de San Zenón fue implacable, con vientos que superaban los 240 kilómetros por hora, arrasando con todo lo que encontraba a su paso, transformando calles en caudalosos ríos y convirtiendo la ciudad en un escenario desolador.
El panorama postciclón se asemejaba a una escena sacada de una película de terror, con barrios enteros reducidos a escombros, cuerpos sin vida y un panorama desolador que marcó la memoria colectiva de la población.
Tras la devastación, se realizaron esfuerzos para gestionar la crisis, siendo el parque Eugenio María de Hostos testigo de la recopilación de cuerpos, llevando a recomendaciones de incineración debido a su elevado número.
Las consecuencias del paso de San Zenón sobre Santo Domingo fueron desgarradoras, colocando a la ciudad en un estado de emergencia con las comunicaciones interrumpidas y desafíos logísticos para los equipos de rescate. Sin embargo, la solidaridad tanto local como internacional fue clave en la lenta pero perseverante recuperación.
El huracán San Zenón no solo dejó cicatrices físicas en la ciudad, sino que también impulsó un rediseño urbano integral, obligando a replantear la arquitectura y promover reconstrucciones más resilientes para prevenir futuras catástrofes.
A pesar de la adversidad, la ciudad se alzó como el ave fénix, demostrando la fuerza y la capacidad de resurgir ante la tragedia.
Referencia externa.
Además, la reconstrucción post San Zenón abrió la puerta a nuevas oportunidades de desarrollo y transformación, marcando un punto de inflexión en la historia urbana de Santo Domingo.