La trágica secuencia de la violencia de género y los accidentes en carretera
Las crónicas desgarradoras que frecuentemente salen a la luz pública evidencian la violencia despiadada ejercida por hombres, reflejo de un patrón de machismo posesivo que relega a la mujer a un rol subalterno en múltiples aspectos. A lo largo de todas las semanas del año 2024, no ha habido escasez de episodios teñidos de sangre debido a las acciones destructivas de algunos individuos. Desde una perspectiva estadística, este país muestra cifras preocupantes en este ámbito. De manera reiterada, las mujeres son víctimas de violencia homicida casi con la misma frecuencia con la que se dictan órdenes de alejamiento, lo cual evidencia que la protección actual no basta, siendo imprescindible perseguir a los responsables de las amenazas y brindar refugio a las mujeres en peligro.
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Las causas detrás de las muertes: misoginia y accidentes viales
Además de los trágicos desenlaces provocados por la misoginia, los accidentes de tránsito compiten en términos de mortalidad en un contexto en el que se evidencia una profunda incapacidad para combatirlos. En calles y carreteras, las transgresiones a las normas de seguridad vial proliferan debido a la falta de sanciones acordes a la gravedad de las infracciones, lo que sitúa al país más cerca de un escenario salvaje en términos legales que de un ejercicio efectivo de la autoridad.
La falta de protección ciudadana convierte a los vehículos motorizados en armas letales, como lo demostró recientemente el trágico suceso en Las Yalas, Azua, donde un camión irrumpió en un centro de entretenimiento, dejando un saldo de 11 fallecidos y 30 heridos. Incidentes similares han cobrado numerosas vidas en entornos urbanos y autopistas.