Mejorar la estabilidad laboral y fomentar políticas internas que potencien el avance profesional sin necesidad de cambiar de trabajo.
Ya teníamos conocimiento de que el constante cambio de empleados incrementa los gastos laborales para las empresas, debido a los costos asociados con la contratación, formación y adaptación.
También teníamos información acerca de cómo la informalidad laboral impacta directamente en la alta rotación del personal. Sin embargo, nuevos hallazgos de un estudio realizado en varios países de América Latina han revelado que, a largo plazo, la elevada rotación laboral puede contribuir al aumento de las disparidades salariales.
Esto se explica porque, aunque inicialmente los cambios de trabajo pueden suponer ventajas a corto plazo, especialmente para los más jóvenes, aquellos trabajadores que cambian de posición con frecuencia tienden a experimentar un crecimiento salarial más lento a lo largo del tiempo. Además, dado que los trabajadores menos cualificados cambian de empleo con mayor frecuencia, la rotación elevada conlleva un aumento en la desigualdad a largo plazo.
El estudio mencionado, elaborado por Renata Narita y Naercio Menezes-Filho, reveló que entre el 24% y el 44% de los trabajadores en varios países cambian de trabajo anualmente, y aproximadamente entre el 30% y el 50% de ellos terminan fuera del mercado laboral.
Estas altas tasas de rotación suelen estar asociadas, en gran medida, al sector informal o no regulado, el cual representa más del 40% de la fuerza laboral en muchos países de América Latina y el Caribe (superando el 55% en República Dominicana).
Es importante destacar que los empleos informales tienden a tener una duración significativamente más corta que los empleos formales debido a la falta de normativas y beneficios adecuados.
Los datos presentados en el informe coinciden con la situación en República Dominicana, donde un estudio realizado por la Barna Business School, con el respaldo de INICIA de Investigación y Sostenibilidad, reveló que el 47% de los trabajadores en el país considera que el ambiente laboral no es favorable. Muchos coinciden en la escasa valoración de las empresas hacia el crecimiento personal y profesional de sus empleados.
Esta percepción ha llevado a que el 80% de los empleados dominicanos tengan la intención de dejar su empleo actual por considerar que el entorno laboral es adverso.
Por supuesto, no todos los cambios de empleo son negativos. Por ejemplo, cambiar de trabajos poco productivos a posiciones más rentables puede resultar en incrementos salariales, especialmente durante los primeros años de carrera profesional. También puede abrir oportunidades para conseguir empleos más satisfactorios y estables con posibilidades de ascenso.
Sin embargo, esta dinámica no es beneficiosa cuando los trabajadores jóvenes y menos educados cambian constantemente de empleo, recibiendo así menos capacitación, aprendizaje y experiencia laboral. Esto repercute en un crecimiento salarial más lento y aumenta la probabilidad de migrar de empleos formales al sector informal o, peor aún, quedar fuera del mercado laboral.
Para evitar este tipo de rotación, que puede obstaculizar la acumulación de capital humano, es crucial prestarle atención y tomar medidas preventivas.
Existen dos vías clave para reducir la rotación laboral: por un lado, disminuir la presencia de empleo informal y, por otro, implementar políticas empresariales que fomenten a los empleados a crecer en su carrera sin la necesidad imperativa de cambiar de trabajo.
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