Problemas continuos en el sector energético sin visos de mejora
Por más de seis décadas, el gobierno de la República Dominicana ha estado en manos de diversas facciones políticas, ninguna exenta de culpas ante la persistente falta de una provisión eléctrica estable y adecuada para los ciudadanos. Esta deficiencia ha causado un constante deterioro de las finanzas públicas debido a prácticas ineficaces arraigadas en el sistema, sin señales de mejora a la vista.
Además, durante este extenso período de tiempo, se ha mantenido una relación frustrante con la sociedad, caracterizada por una gestión desconexa, falta de continuidad en planes de desarrollo y una ausencia de visión a largo plazo en las inversiones. El descuido en los mantenimientos esenciales para prolongar la vida útil de las unidades generadoras y redes eléctricas ha sido evidente, al igual que la falta de cobertura de costos a través de las tarifas de servicio, lo cual ha permitido la existencia de áreas electrificadas de manera informal y sin un adecuado control de consumos, sumado a fraudes no abordados de manera efectiva en todos los estratos socioeconómicos.
Contenido adicional: A pesar de los esfuerzos pasados, la situación actual del sector energético requiere de una urgente transformación que aborde de manera integral los problemas arraigados en el sistema, buscando soluciones sostenibles y efectivas para satisfacer las necesidades energéticas del país en el presente y en el futuro.
Insuficiente respuesta a las irregularidades en el suministro eléctrico
La falta de acción frente a cientos de miles de defraudadores, percibidos por algunos políticos como potenciales votantes, ha alejado a las autoridades de una verdadera solución a la crisis eléctrica. Las excusas, promesas incumplidas y la ausencia de medidas eficaces han llevado a los usuarios a perder la fe en la posibilidad de mejoras significativas en el corto plazo.
Contenido adicional: Es imperativo que las autoridades competentes revisen a fondo las políticas y mecanismos actuales para combatir el fraude eléctrico y garantizar un suministro estable y eficiente que beneficie a toda la población, generando confianza en el sistema energético dominicano.