Sorprendentes elecciones amorosas de Cristóbal Colón
La vida amorosa de Cristóbal Colón es un misterio en gran parte. En Portugal, en el año 1476, conoció a Felipa Moniz de Perestrelo. Felipa, al no conocer a su padre Bartolomé de Perestrelo, quien falleció el mismo año de su nacimiento, tuvo una infancia única. Bartolomé de Perestrelo, un destacado navegante portugués que se convirtió en el primer capitán, señor y gobernador de la Isla Porto Santo, ubicada en el archipiélago de Madeira frente a las costas africanas, había casado con Isabel Moniz. La unión entre Cristóbal y Felipa se dio en 1479, tras conocerse en el Monasterio Dos Santos en Lisboa, cuando él tenía 25 años y ella 19, y decidieron ir a vivir a Porto Santo, lugar de origen de Felipa, donde nació su hijo Diego Colón.
Algunos historiadores sugieren que Colón abandonó a su familia, lo que llevó a Felipa a retirarse a un convento y a que su hijo Diego quedara al cuidado de clérigos en el Monasterio de la Rábida. Esta versión se basa en el descubrimiento de la firma de una monja en un convento portugués que coincide con el nombre de Felipa. Por otro lado, hay quienes sostienen que Colón enviudó de Felipa en algún momento.
En una visita a Córdoba, Colón conoció a Diego de Arana, un marino que lo acompañó en su primer viaje de exploración, quien le presentó a su prima Beatriz Enríquez de Arana, una joven de origen sencillo de unos 20 años. Con Beatriz, Colón tuvo un hijo llamado Hernando, aunque nunca formalizaron su relación con un matrimonio y finalmente Colón los abandonó. A pesar de esto, Colón ordenó a su hijo Diego que garantizara a Beatriz una pensión vitalicia, que lamentablemente llegaba con irregularidad.
Hay divergencia en cuanto a quién se encargó de la crianza de los hijos de Colón. Algunos afirman que fue Beatriz, mientras que otros consideran que fue su cuñada Briolanja. Después de un largo período de ausencia durante su primer viaje, al regresar en 1493 y dirigirse a Barcelona para encontrarse con los Reyes Católicos, Colón buscó a sus hijos para presentarlos en la corte como pajes del rey Juan de Portugal, según relata la historiadora León Guerrero. Es conocido que Colón estableció una estrecha relación con la Reina Isabel I, quien fue un gran apoyo para sus viajes de exploración.