En la víspera de tomar un vuelo hacia Nueva York, un trágico suceso conmocionó al barrio Los Barrancones de Los Mina, en Santo Domingo Este, donde un joven de 26 años perdió la vida a manos de sujetos sin escrúpulos en las primeras horas del lunes.
La víctima fue identificada como Ramón Michael Hernández, quien pertenecía a las filas de la Policía Nacional y al momento del fatal desenlace estaba en compañía de su ser queridos.
Inés Sánchez, desgarrada madre de Hernández, clamó por justicia enfatizando: “Exijo justicia para mi hijo, asesinado a sus 26 años como si fuera un animal callejero… señor presidente, tome cartas en el asunto contra estos criminales que arrebatan a seres queridos”.
Diana Sosa, la esposa del difunto, compartió que su marido había viajado al país para “festejar el Día de los Padres y apenas llevaba una semana entre nosotros”.
Asimismo, resaltó la aleatoriedad del ataque mencionando: “El conflicto no era con él, lo sé porque acabábamos de llegar, no hace más de 10 minutos, solo había ido a comprar hielo y jamás regresó”, lamentó.
Con un pesar unánime, familiares y allegados demandan que se haga justicia y que el crimen no permanezca sin resolver.
Jorge Luis Hernández, hermano del fallecido, insistió: “Lo único que deseo es que se haga justicia por mi hermano y que este caso no sea ignorado”.
Desafortunadamente, Ramón dejó tras de sí a una niña, hoy huérfana, de tan solo seis años.
Los restos de Ramón serán enterrados el día miércoles en el cementerio Cristo Salvador de San Isidro, marcando el adiós definitivo a una vida arrebatada prematuramente.
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La inesperada partida de Ramón deja un dolor indeleble en el corazón de aquellos que le conocieron, evidenciando la cruel realidad de la violencia que azota a innumerables familias, arrebatándoles a sus seres amados en circunstancias trágicas y dolorosas. La comunidad, unida en el duelo, espera que la luz de la justicia disipe las sombras de la impunidad que, con demasiada frecuencia, envuelven casos como el de Hernández, recordándonos la valoración de la vida humana sobre los actos de violencia sin sentido.
El eco de sus voces clama por un cambio, exigiendo a las autoridades medidas más efectivas contra el crimen, en busca de un mañana donde las familias no tengan que llorar la pérdida de sus hijos a manos de la violencia. Es un llamado a la sociedad para reflexionar, actuar y prevenir, para que historias como la de Ramón Michael Hernández no se vuelvan una constante en nuestros días.