Explorando una importante revisión y cambios en la acumulación de privilegios tributarios

En lugar de proponer la completa eliminación de los incentivos fiscales, lo cual perturbaría gravemente la actividad económica, es esencial considerar la urgencia de ser racionales y reducir dichas concesiones, sobre todo aquellas que derivan en privilegios injustos y competencia desleal. Es vital también minimizar la deuda pública y garantizar un tratamiento equitativo para todos los contribuyentes, sin distinciones.

Existen preocupaciones válidas sobre cómo las reformas que buscan recortar exenciones fiscales podrían impactar negativamente en sectores claves de la economía, sin ofrecer beneficios tangibles para las arcas públicas, o cómo el cese de dichos subsidios podría limitar la competencia justa contra productos importados de naciones con fuertes medidas de proteccionismo.

Uno de los sectores más influyentes, el turismo, se opone firmemente a cualquier medida que implique el fin de sus beneficios fiscales argumentando, según palabras del consultor destacado Juan Lladó, que ya no es indispensable que el Estado continúe otorgando tales favores fiscales. Esta postura desafía las recomendaciones de organismos internacionales que desde hace más de veinte años sugieren la eliminación de dichas exenciones.

Ante la posibilidad de perder sus privilegios, el sector turístico ha argumentado que eliminar las exenciones sería contraproducente, destacando el alto porcentaje del ITBIS como una de las principales preocupaciones. Los empresarios de este sector se ven a sí mismos como merecedores de un trato preferencial similar al de las zonas francas, advirtiendo que la imposición de cargas fiscales podría desalentar la inversión extranjera, sugiriendo que cualquier reforma se centre en el ajuste de ciertos “abusos” permitidos por la ley actual.

Preocupación constante

Con la intención de influir decisivamente en el diseño institucional de la República Dominicana, el Fondo Monetario Internacional señala que el país exhibe una baja presión tributaria, alrededor del 15% del PIB, con un gasto tributario del 4.5%, enfrentando un sistema de incentivos fiscales que necesita reconsiderarse. El FMI insiste en la necesidad de una reforma fiscal que considere tanto los problemas como los beneficios de las exenciones y subsidios para evitar decisiones basadas en preferencias subjetivas.

Esta posición es compartida tanto por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) como por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que subrayan la importancia de las políticas fiscales para el desarrollo sostenible y la equidad. El BID específicamente pone el foco en las numerosas exenciones y tasas reducidas en impuestos clave como factores detrás de los bajos ingresos fiscales del país, señalando que se evita pagar ITBIS en más de la mitad de la base imponible potencial, lo que no favorece al desarrollo humano a la par del PBI per cápita dominicano.

Exenciones en primer plano

En el sector de la energía, las exenciones y subsidios han contribuido al incremento en los costos de producción de electricidad, con generadoras privadas gozando de rentabilidades garantizadas por acuerdos contractuales. La Comisión Nacional de Energía (CNE) ha apoyado tales medidas, ofreciendo a empresas energéticas liberaciones fiscales por sumas significativas con la promesa de instalaciones renovables, lo que al final beneficia principalmente a los generadores privados a costa del fisco.

La acumulación de subsidios a intermediarios ineficientes y la extensión continua de exenciones al sector privado contribuyen a un déficit presupuestario considerable, más allá de lo oficialmente reconocido, con impactos negativos en la sostenibilidad fiscal del país.

Aspectos positivos

La implementación de zonas francas, con un régimen fiscal especial, ha sido clave para atraer inversiones y fomentar el empleo, conectando la economía dominicana con el comercio internacional y favoreciendo el desarrollo de una infraestructura exportadora. Esto representa un claro beneficio para el país, equilibrando el beneficio social con la atracción de inversiones sin gravar excesivamente a los empresarios.

La ventaja competitiva del sector exportador dominicano, junto con el crecimiento de la industria local de zonas francas, refleja la eficacia de este régimen especial en promover sectores más allá de la manufactura tradicional, contribuyendo así a la diversificación económica y el desarrollo del talento local en áreas de alta demanda global.

Conclusiones y perspectivas

Guillermo Caram, exgobernador del Banco Central y analista económico de renombre, destaca que el gobierno ha comenzado a implementar cambios fiscales que, según sus observaciones, están liderando a una mejora sustancial en la gestión de ingresos y gastos del país. Afirma que existen estrategias viables que el Gobierno puede adoptar para optimizar el gasto público y adaptar la política de endeudamiento en consonancia con las recomendaciones internacionales, manteniendo un enfoque responsable hacia la estabilidad económica a largo plazo.

En su análisis, Caram aboga por un enfoque pragmático para ajustar las políticas fiscales y de gasto, promoviendo medidas que aseguren una mayor eficiencia en la administración de los recursos públicos, lo cual es crucial para el desarrollo económico sostenible del país.

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