Desde la capital panameña, se ha dado un firme respaldo al opositor Edmundo González Urrutia, proclamándole como el auténtico mandatario electo de Venezuela. Este respaldo llega tras las declaraciones del Centro Nacional Electoral (CNE) de Venezuela, que asignó la victoria a Nicolás Maduro en los recientes comicios, una decisión que Panamá disputa tachándola de “engañosa”.
En palabras de Mulino, compartidas a través de su perfil en X, “El apoyo de Panamá a Edmundo González Urrutia como presidente electo de Venezuela es incondicional. El respeto por la decisión soberana del pueblo es el pilar de la democracia”, resaltando la postura de Panamá ante esta situación.
Con anterioridad al pronunciamiento del CNE que confirmaba la reelección de Maduro con el 51,95% de los sufragios, con un adelanto de Edmundo González Urrutia que solo alcanzó el 43,18% con casi la totalidad de las actas contabilizadas, Mulino había expresado su rechazo a tales resultados. El mandatario panameño se ha mantenido firme en su desacuerdo con los comicios gestionados por el CNE.
Transparencia Electoral en Cuestión
Por otro lado, González Urrutia, junto con la destacada opositora María Corina Machado, publicó evidencia correspondiente al 81% de las actas electorales, las cuales favorecían al opositor con un 67% de los votos, en contraposición con un 30% para Maduro, incrementando las alegaciones de fraude electoral.
Estas afirmaciones sobre irregularidades en el proceso electoral han fomentado que diferentes naciones respalden a González Urrutia. Este conjunto de reconocimientos internacionales ha fortalecido su posición como el presidente electo, no solo por parte de Panamá, sino también con el apoyo de países como EE.UU., quien, por medio del secretario de Estado Antony Blinken, confirmó la victoria de González Urrutia, al igual que Perú, Argentina, Uruguay, Ecuador, y Costa Rica.
La firme crítica de Panamá hacia la elección en Venezuela, dirigida por el gobierno de Mulino, y el llamado a la transparencia han marcado su postura incluso antes de las elecciones. La declaración de los resultados como “engañados” condujo a la suspensión de relaciones diplomáticas y al cierre del espacio aéreo entre ambos países.
Mulino también expresó su desilusión con la Organización de Estados Americanos (OEA) por su incapacidad de llegar a un acuerdo para exigir la publicación inmediata de las actas electorales, calificando los argumentos de algunos países de “absurdos e insensatos”.
La falta de consenso en la OEA llevó a Mulino a declarar que “En ausencia de un acuerdo en la OEA, la única opción que nos resta es continuar expresando nuestra objeción de manera individual, mientras buscamos colaborar en iniciativas multilaterales que aspiren a reinstaurar la democracia en Venezuela lo más pronto posible”.
El debate en la OEA giraba en torno a una resolución para exigir la inmediata divulgación de las actas de las recientes elecciones, ante la reticencia del CNE de Venezuela de hacer públicas las actas completas, una demanda hecha tanto por la oposición como por la sociedad venezolana, que ha realizado protestas masivas y es respaldada por parte de la comunidad internacional.