Retos en el cumplimiento del derecho a repatriar en República Dominicana
Arraigadas limitaciones para detener la entrada de migrantes, capturados en pequeñas cantidades en zonas fronterizas, permiten la persistencia de redes criminales binacionales que introducen de forma irregular a viajeros, en gran parte, debido a la falta de desmantelamiento de estas asociaciones delictivas, además de la necesidad de ejercer un mayor control sobre la complicidad de las autoridades que los traficantes sobornan. Esto dificulta significativamente los esfuerzos oficiales para evitar la presencia de una población flotante e ilegal desde la perspectiva del ineludible derecho del Estado a regularla.
Como complemento, se debe prestar atención a los efectos secundarios en la economía, pues la falta de selectividad en los operativos de repatriación ha llevado a la necesidad de separar de manera más efectiva a aquellos detenidos que puedan justificar, con documentos, su permanencia en el país, cubriendo puestos de trabajo para los que no se encuentran dominicanos disponibles. Es crucial que las autoridades, con buen criterio, otorguen la posibilidad de regularizar estas situaciones, evitando que las medidas adoptadas perjudiquen a la población transgresora.
Además, se observa la desprotección de los trabajadores debido a los bajos salarios establecidos, lo que conlleva a asignar duras tareas en sectores como la agricultura y la construcción a la mano de obra extranjera. Esta situación, inducida por la sobreoferta de trabajadores foráneos, ha disminuido los salarios de los trabajadores locales, en concordancia con las leyes de oferta y demanda.
Desafíos a nivel internacional
República Dominicana enfrenta desafíos particulares en comparación con otras regiones del mundo en cuanto al tratamiento de los inmigrantes. Mientras que países como Estados Unidos implementan estrictas normas migratorias, la Unión Europea también adopta políticas restrictivas contra la inmigración irregular, con devoluciones forzosas a sus países de origen. La situación en Europa se ve marcada por la dureza para combatir las llegadas ilegales, lo que ha resultado en tragedias humanas en su intento por llegar a las costas europeas.
Por otro lado, países como Hungría han adoptado medidas extremas, como la construcción de muros y políticas anti-inmigrantes, ante la presión de los flujos migratorios. España, por su parte, ha establecido barreras físicas para frenar el ingreso de inmigrantes desde Marruecos, generando controversia y choques culturales en la región.
En el ámbito internacional, es fundamental garantizar el respeto de los derechos humanos de los migrantes, evitando detenciones arbitrarias, maltratos y expulsiones desproporcionadas. Asimismo, se deben tomar medidas contra la xenofobia y la violencia hacia los inmigrantes, promoviendo su integridad y acceso a servicios básicos.