Reflexiones sobre la neutralidad política
Por: Javier Rodríguez Martínez
«¡Es crucial mantenerse imparcial en este movimiento!»
Es algo que surgía con frecuencia en los distintos movimientos sociales en los que he participado. Parece que la palabra “política” a menudo se utiliza de manera peyorativa, pero lo que muchos no llegan a comprender es que la política está intrínseca en nuestras acciones durante las manifestaciones, en las asambleas vecinales o al expresar opiniones en plataformas digitales. La esfera política va más allá de la simple militancia partidaria o de los procesos electorales; se relaciona con la toma de decisiones en conjunto, las dinámicas de poder y la forma en que nos organizamos para abordar lo que nos concierne a todos. En palabras de Hannah Arendt, se trata de convivir de manera auténtica en medio de la diversidad.
En base a las ideas de Amartya Sen, la esencia verdadera de la democracia se centra en el debate público fundamentado, que se manifiesta a diario, moldeando los principios de una sociedad y, en consecuencia, sus prioridades. Esta participación cotidiana en la definición de lo esencial también constituye una forma de implicación política.
Explorando otro contexto
En un estudio sobre la cultura democrática se recopiló información acerca de la participación política en un país latinoamericano entre los años 2022 y 2023, tanto en el ámbito de los partidos políticos como en otras instancias de toma de decisiones colectivas.
Inmersión en partidos políticos
El involucramiento en partidos políticos continúa siendo una de las modalidades más reconocidas de participación política. De acuerdo con el mencionado estudio, aproximadamente el 22% de la población del país latinoamericano en cuestión forma parte activa de alguna organización partidaria, marcando una divergencia con la tendencia global de distanciamiento entre ciudadanos y partidos. Entre abril de 2022 y abril de 2023, el número de afiliados a partidos políticos aumentó en un 2.8%, sumando más de 200,000 individuos.
El perfil de quienes militan revela que tanto hombres como personas de mayor edad son los que más se involucran. Apenas el 13.7% de los menores de 35 años están afiliados a un partido, mientras que el 30% de quienes superan los 54 años sí lo están. Esta tendencia coincide con un desinterés global en los mecanismos tradicionales de participación política, especialmente entre los jóvenes. Desde una perspectiva de género, el 24% de los hombres son miembros de un partido, a diferencia del 19% de las mujeres, reflejando las barreras históricas que enfrentan las mujeres en el ámbito político.
A nivel nacional, la disparidad en las posiciones de poder es notoria. El país en cuestión presenta el menor porcentaje de mujeres en cargos ministeriales en la región, con solo dos ministras dentro de 23 ministerios (8.7%), y únicamente el 10% de los municipios están dirigidos por mujeres.
No obstante, las diferencias en la militancia partidaria según ingresos o nivel educativo son escasas. Tanto aquellos sin formación académica (21.6%) como los que cuentan con estudios universitarios (21.4%) presentan índices similares de afiliación. De igual modo, en el 20% de la población con menores ingresos, el 24.5% está afiliado a un partido, comparado con el 23.6% de aquellos que se encuentran en el 20% con mayores recursos.
Este panorama contrasta con la tendencia global, donde las personas con mayores recursos económicos, mejor educación y residentes en áreas urbanas tienden a participar en partidos políticos en mayor medida. Esto sugiere dos hipótesis: o bien el sistema de partidos del país en cuestión es más inclusivo, atrayendo a individuos sin distinción socioeconómica, o el clientelismo juega un rol relevante. Algunos podrían unirse a un partido no por razones ideológicas o para promover valores en la sociedad, sino con el objetivo de obtener beneficios laborales, contratos o servicios públicos.
Participación política fuera del ámbito partidario
Un 26% de la población del país mencionado participa en organizaciones comunitarias, mostrando un sólido compromiso cívico a nivel local. Tres de cada diez individuos se han implicado en la resolución de problemáticas colectivas en sus comunidades durante el año anterior. La segunda forma más común de participación política entre 2022 y 2023, aparte de la afiliación partidaria, fue la visita a instituciones o el contacto con políticos, actividades en las que participó el 14.5% de la población.
Valorando la influencia de la militancia en la participación no partidaria
La vinculación o simpatía hacia los partidos políticos ejerce una fuerte influencia en la participación política en el país latinoamericano. Aquellas personas que son militantes o simpatizantes tienden a participar de manera más activa en actividades políticas, especialmente en organizaciones comunitarias, en comparación con aquellos que carecen de afiliación o simpatía. Esto sugiere que la línea divisoria entre la participación política partidaria y no partidaria no está claramente delimitada, puesto que la influencia partidaria es significativa incluso en formas que se consideran no partidarias.
Conclusiones finales
La implicación activa en la política, tanto en el ámbito partidario como no partidario, resulta esencial para el fortalecimiento de la democracia. En el país mencionado, esta participación contribuye a mejorar los índices de calidad democrática, como se evidenció durante el año 2020. Cuando la ciudadanía se compromete, la democracia se fortalece y se vuelve más receptiva a las demandas de la sociedad.