Reforma fiscal integral y enfocada en el progreso
La decisión del mandatario Luis Abinader de retirar la propuesta de reforma tributaria debido a la oposición ciudadana, derivada de sus posibles consecuencias negativas como la disminución de nuevas inversiones en sectores como el turismo, la construcción y las zonas francas, el impacto en el ahorro que llevaría a la fuga de capitales o al aumento de tasas de interés, y el efecto del ITBIS en la clase media y los sectores de bajos recursos; rechazo que no fue hacia una reforma integral necesaria para desmontar la deuda pública y generar más recursos para inversiones prioritarias en salud, seguridad y desarrollo.
Además, el 28 de junio de 2015, escribí un artículo titulado “La bomba de tiempo fiscal” con el propósito de recordar a las futuras autoridades la urgencia de una reforma fiscal alineada con la Estrategia Nacional de Desarrollo, orientada a aumentar la presión tributaria para financiar un gasto público de mayor calidad y reducir los niveles de deuda, manteniendo una postura coherente desde entonces.
Una de las preocupaciones actuales es la creciente deuda del Sector Público No Financiero (SPNF) y del Banco Central, que ha pasado de un total de US$31,771 millones en 2015 a US$74,696 millones en agosto de 2024, representando un 60.0% del PIB y planteando desafíos financieros que podrían llevar a restricciones presupuestarias y dificultades en el pago de intereses, así como a una mayor devaluación de los bonos en el mercado internacional.
El presupuesto para el año 2025 prevé un déficit fiscal de RD$240,828.4 millones y un incremento de la deuda en US$3,900 millones, con un significativo porcentaje destinado al pago de intereses en relación a los ingresos tributarios.
Es crucial en este momento impulsar una reforma fiscal que aborde la gestión del gasto público con recortes en áreas no prioritarias para dirigir esos recursos a necesidades esenciales, así como una reforma en el sistema tributario que revise los beneficios fiscales para el turismo y el cine, fomentando el desarrollo de la industria local y la atracción de empresas tecnológicas, además de estrategias para combatir la evasión fiscal.
Es necesario considerar gravámenes progresivos como la Ley de Circulación de Vehículos y ampliar la base del ITBIS para reducir la evasión, implementando un enfoque diferenciado para los alimentos.
En lugar de postergar la reforma, el presidente Abinader debe asumir el desafío de diseñar una nueva propuesta fiscal en conjunto con expertos en la materia y someterla a evaluación. Posponer esta acción hasta el 2028 sería llevar al límite de la insostenibilidad fiscal al próximo gobierno.