Factores que afectan la alimentación en adultos mayores
Conforme envejecemos, experimentamos cambios que influencian nuestra alimentación, volviendo a los mayores especialmente susceptibles en este ámbito. Estos factores se dividen en cinco categorías clave: físicos, fisiológicos, alimentarios, psicosociales y ambientales.
Factores físicos
Las condiciones bucodentales, como la dificultad para masticar y tragar (disfagia), impactan negativamente la ingesta de alimentos en adultos mayores. Además, la disminución de la producción de saliva y la capacidad digestiva dificultan la adopción de una dieta equilibrada. La disminución de los sentidos del gusto y olfato también puede reducir la motivación para comer.
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Factores fisiológicos
El envejecimiento conlleva la disminución de masa muscular y el aumento de grasa, junto con una reducción del metabolismo basal. Esta situación exige a las personas mayores ajustar su dieta para evitar excesos de grasa y asegurar la ingesta adecuada de proteínas. La ingesta frecuente de fármacos también puede interferir en la absorción de nutrientes esenciales.
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Factores alimenticios
Educar a los adultos mayores sobre una nutrición óptima es fundamental para evitar deficiencias de vitaminas y minerales, destacando la importancia de frutas y verduras. De ser insuficiente, se recomienda la suplementación como parte de su cuidado integral.
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Factores psicosociales
La soledad y las preocupaciones económicas influyen en la alimentación de las personas mayores. La limitación financiera puede dificultar el acceso a alimentos saludables, mientras que trastornos mentales como la depresión alteran patrones alimentarios de manera significativa.
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Factores ambientales
El entorno familiar o de apoyo afecta la alimentación de los mayores. Aquellos que viven solos pueden tener menos supervisión en sus comidas diarias, aumentando el riesgo de malnutrición.
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Consecuencias de la mala nutrición
La desnutrición en adultos mayores, derivada de una ingesta inadecuada de nutrientes o problemas de absorción, puede tener serias repercusiones en la salud, como la debilidad muscular y la pérdida de peso, aumentando el riesgo de caídas y enfermedades.
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Recomendaciones para una dieta saludable en adultos mayores
- Proteínas: Se aconseja consumir diariamente 1-1.2 gramos de proteína por kilogramo de peso, priorizando alimentos ricos en leucina para preservar la masa muscular.
- Hidratación: Es esencial ingerir entre 2 y 2.5 litros de agua al día para prevenir la deshidratación.
- Vitaminas: Aumentar la ingesta de alimentos con vitamina D y considerar suplementos si es necesario.
- En caso de fracturas óseas: Incrementar la ingesta de proteínas y micronutrientes como calcio, magnesio y zinc.
Para mantener la salud y calidad de vida en la tercera edad, es fundamental evitar el tabaco y el alcohol, así como realizar actividad física de forma regular. Cada individuo es único y requiere recomendaciones personalizadas según su estado de salud particular.
Este artículo es proporcionado por la Dra. Maribel Grullón, Nutrióloga Clínica-Oncológica y Deportiva. Si deseas más información, puedes ponerte en contacto a través de @dragrullonth.