La oportunidad perdida de establecer límites
Aunque únicamente sirva como testimonio para las generaciones presentes y futuras, considero que fue un desacierto por parte del Congreso Nacional, los líderes políticos y los partidos no haber tomado la oportunidad de restablecer constitucionalmente la “no reelección consecutiva”. Es un método que se ajusta a la idiosincrasia dominicana desde hace mucho tiempo. A pesar de que parezca que ya es un hecho consumado, es un derecho que debería haberse considerado con mayor seriedad, pues las condiciones eran propicias para que los líderes partidarios comprendieran su importancia en la democracia criolla.
Es necesario reflexionar sobre la necesidad de establecer límites temporales a la permanencia en el poder.
Las consecuencias de la reelección consecutiva
La idea detrás de la “no reelección consecutiva” implica que ningún presidente en funciones pueda buscar la reelección de manera consecutiva. De los últimos cuatro mandatarios, tres lograron hacerlo, generando divisiones en los partidos que representaban. Esto, aunque pueda ser visto como un beneficio por algunos, no necesariamente contribuyó a fortalecer la democracia institucional.
Las divisiones partidarias son un obstáculo para la estabilidad política del país.
La importancia de establecer límites en el poder
Considerando que tres de los últimos presidentes lograron la reelección y que el partido actualmente dominante en el Congreso es el PRM, liderado por el presidente en funciones, la necesidad de establecer restricciones claras a la reelección debería haber sido una prioridad. Restablecer la “no reelección consecutiva” no solo fortalecería la democracia, sino también a los propios partidos políticos, fundamentales en el sistema político.
La estabilidad política se ve fortalecida cuando se establecen límites claros en el ejercicio del poder.
Propuesta para el futuro
Desde mi perspectiva, a partir del año 2028 sería ideal que ningún presidente en funciones pudiera postularse para un período consecutivo. Deberían agotar su mandato de cuatro años antes de poder considerar una posible reelección, siempre y cuando su partido lo apoye. Esta propuesta, aunque no es nueva, ha sido parte de la historia constitucional de la República Dominicana en distintos momentos, y su implementación fortalecería la democracia y la institucionalidad del país.
El establecimiento de reglas claras en la política es fundamental para garantizar la estabilidad y el buen funcionamiento democrático.