¡Reducción inminente de los costos a la vista!
Para lograr una aceptación favorable de los cambios tributarios y evitar consecuencias negativas en la economía y en la sociedad, es imprescindible optimizar el gasto público y no limitarse a cuestionar las propuestas fiscales en discusión en la actualidad.
En el pasado, las reformas de los años 90, consideradas como las más significativas hasta la fecha, no generaron reacciones adversas a pesar de la intensa polarización política existente. Esto se debió a la percepción de una gestión cuidadosa de los recursos, aunque recibían críticas por ello.
La eficacia del gasto público permitía conseguir ahorros internos e invertir sin recurrir a préstamos.
Descubre más sobre posibles ajustes económicos en el futuro.
Actualmente, nos enfrentamos a déficits presupuestarios.
El presupuesto propuesto para el año 2025 contempla un aumento del 7% en los gastos corrientes, proyectando gastar un 4% más de lo que se obtiene en ingresos. Este porcentaje aumenta al 18% si se incluyen las amortizaciones.
El Gobierno busca apoyo para nuevas medidas tributarias explicando cómo se utilizarán los recursos adicionales que se recaudarían.
Sin embargo, no se discute sobre los gastos excesivos que se están realizando actualmente ni los que se contemplan en el presupuesto.
Cuando los gastos corrientes superan a los ingresos, es necesario recurrir a deudas para cubrir la diferencia, invertir y amortizar la deuda existente.
El presidente Abinader reconoce esta situación al presentar el proyecto de ley de “modernización”, admitiendo el aumento del gasto corriente en los últimos años. No obstante, no ofrece soluciones concretas para reducir estos gastos.
Si bien se menciona la posibilidad de una reforma fiscal integral para controlar el déficit fiscal, el proyecto de ley no proporciona detalles sobre cómo abordar los gastos de manera efectiva, un aspecto crucial para una reforma exitosa.
Este proyecto se centra únicamente en cuestiones tributarias, sin considerar las experiencias nacionales e internacionales que podrían brindar lecciones importantes sobre las repercusiones económicas y sociales.
Es fundamental no solo discutir el gasto, sino también abordar las preocupaciones sobre la imposición apresurada de nuevos impuestos, similar a los debates sobre reformas constitucionales.
Otro aspecto relevante es la necesidad de combatir la informalidad, la evasión fiscal y el contrabando para aumentar los ingresos, así como reducir la corrupción para controlar los gastos públicos.
Más del 50% de los agentes económicos en nuestro país no contribuyen con impuestos. Si lograran tributar, los ingresos podrían duplicarse. Una mejora en la gestión tributaria podría generar ingresos superiores a los RD$122 mil millones estimados.
Abordar tanto los gastos públicos como estas omisiones sería clave para llevar a cabo la tan necesaria reforma integral en la economía nacional.