Siete sugerencias para mejorar el descanso conforme se envejece

Transformando tu descanso al envejecer

Contar con un buen descanso es vital para nuestra salud física y mental. A medida que pasan los años, experimentar un sueño reparador puede volverse más desafiante.

Con el envejecimiento, nuestros hábitos de sueño se transforman: nos volvemos más sensibles a los ruidos, despertamos con mayor frecuencia durante la noche y a menudo sentimos que no descansamos lo suficiente. A pesar de ello, no estamos destinados a vivir con noches de sueño insatisfactorias.

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Consejos para mejorar tu descanso nocturno

1. Adapta tus hábitos de sueño a tu edad

A medida que envejecemos, es común experimentar cambios en nuestro patrón de sueño. Los despertares nocturnos se vuelven más frecuentes, el sueño profundo disminuye y despertarse se convierte en una rutina. Estas transformaciones pueden afectar la calidad del descanso y provocar fatiga durante el día.

No obstante, esto no significa que tengamos que resignarnos a un mal sueño. Es fundamental comprender estas variaciones y ajustar nuestras prácticas para garantizar un descanso reparador.

2. Mantén una rutina constante de sueño

Establecer horarios regulares para acostarte y levantarte contribuye a estabilizar tu reloj biológico. La organización Age UK recomienda dormir entre 7 y 8 horas diarias para adultos mayores, lo cual puede mejorar tu calidad de descanso.

Si tienes dificultades para conciliar el sueño, evita permanecer en la cama por la mañana, ya que excederte en el tiempo de sueño puede alterar tu ciclo de descanso y empeorar los problemas de insomnio nocturno.

3. Actívate durante el día

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Mantenerse activo a lo largo del día es esencial para favorecer un mejor descanso nocturno. Actividades como caminar, hacer labores domésticas o estar expuesto a la luz solar pueden ser suficientes para preparar tu organismo para el reposo. La luz natural ayuda a regular tu ciclo sueño-vigilia, facilitando así la conciliación del sueño en la noche.

4. Ritual previo al sueño

Incorporar un ritual antes de dormir puede indicarle a tu cerebro que es momento de relajarse. Leer un libro, tomar un baño caliente o practicar estiramientos suaves son opciones para despejar tu mente. Evita las pantallas de dispositivos electrónicos, ya que la luz que emiten puede perturbar tu sueño al inhibir la producción de melatonina, la hormona reguladora del descanso.

5. Controla tus siestas

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Aunque las siestas pueden mejorar tu alerta durante el día, es importante moderar su duración. Se recomienda limitarlas a no más de 30 minutos para no interferir con tu sueño nocturno. Si las siestas son prolongadas o se realizan tarde, podrían obstaculizar tu descanso nocturno.

6. Nutrición adecuada

La alimentación y las bebidas juegan un papel crucial en la calidad de tu sueño. Evita cenas pesadas justo antes de acostarte y, si es posible, cena al menos tres horas antes de dormir. Limita el consumo de cafeína después del mediodía, ya que puede afectar tu capacidad para conciliar el sueño por la noche. El alcohol, pese a inducir el sueño inicialmente, puede perturbar la calidad del descanso y provocar despertares nocturnos.

7. Acondiciona tu entorno de sueño

Contar con un dormitorio confortable y propicio para el descanso es clave para una buena noche de sueño. Mantener la habitación oscura, silenciosa y a una temperatura fresca, alrededor de 18°C, puede mejorar tu calidad de descanso. Usar ropa de cama fresca y almohadas adecuadas también contribuye a un sueño reparador. Ante posibles molestias como ruidos externos, considera el uso de tapones para los oídos, y si la luminosidad es un problema, opta por cortinas opacas o un antifaz para dormir.

Alternativas si tienes dificultades para dormir

En caso de no lograr conciliar el sueño a pesar de seguir estos consejos, es recomendable no permanecer en la cama sin éxito. Si pasan más de 20 minutos despierto, levántate y realiza actividades relajantes en otro espacio, como leer o escuchar música suave. Evita acciones estimulantes como ver televisión. Tras un tiempo, vuelve a la cama para intentar conciliar el sueño.

Estas pautas pueden contribuir a mejorar tu calidad de sueño y, en consecuencia, tu bienestar general. Aunque los cambios en el descanso son normales con la edad, una rutina adecuada y un entorno favorable pueden permitirte seguir disfrutando de reparadoras noches de sueño.

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