La identidad dominicana en la era de la globalización

Reflexión sobre la identidad cultural en República Dominicana.

La esencia dominicana se distingue a lo largo del tiempo como un distintivo marcado en medio de un grupo de características que, desde una mirada de movimiento, resalta su identidad nacional. Al presenciar la expresión de la fe mariana en República Dominicana, se evidencian dos aspectos que capturan la atención: la devoción apasionada hacia las vírgenes de las Mercedes, del Carmen y la excepcional veneración a la Altagracia, evocando reminiscencias de las romerías andaluzas y extremeñas en España.

El fervor por la fe católica se manifiesta con una solemnidad propia de una procesión envuelta en el silencio y la consagración espiritual, que recuerda a los años de austeridad de la Inquisición.

La cadencia de los fieles desprende una conexión espiritual que nos transporta a nuestra infancia, donde la devoción y el protocolo en el culto confirman que la isla idealizada por Sancho Panza ha cobrado vida en el trópico.

Otras sorpresas se revelan a través de Fradique Lizardo y Yune Rosenberg, quienes, en sus investigaciones en el ingenio Palavé y otras zonas de la cultura cañera, ponen al descubierto una realidad sociocultural que desentraña aspectos de la vida interior que reflejan la diversidad de un entorno sincrético y mágico-religioso.

Sin embargo, no basta con reconocer y comprender los instrumentos musicales, ya que detrás de cada uno de ellos se esconde una historia… y es aquí donde entra en escena un grupo de intelectuales investigadores y etnógrafos que nos introducen en la diversidad del panorama cultural, destacando la obra de Marcio Veloz Maggiolo. Su legado literario resulta crucial para cualquier análisis antropológico y cultural de la sociedad dominicana, explorando las complejidades de la identidad a través de obras como “Biografía difusa de Sombra Castañeda”.

Me sumergí por completo en este universo de elementos culturales e identitarios que rivalizan con otras sociedades caribeñas, aportando una perspectiva libre de prejuicios y estereotipos.

La diversidad cultural en la identidad dominicana.

La riqueza de la dominicanidad se manifiesta en una sutil diversidad en su definición humana, palpable en todas las comunidades culturales del país.

Por ejemplo, la influencia de la comunidad sirio-libanesa se destaca por su espíritu laborioso, comercial y gastronómico, así como su contribución en ámbitos culturales y políticos desde principios del siglo XX. Del mismo modo, los españoles han dejado su huella con su esfuerzo y trabajo, abriendo puertas al desarrollo y la integración en el mundo.

Los dominicanos han sido pioneros en la apertura a la globalización, recibiendo a hombres y mujeres de todos los rincones del planeta. La comunidad asiática, en particular, ha dejado una marca importante en términos socioeconómicos y culturales, estableciendo sólidos lazos con Asia.

La dominicanidad abarca una diversidad de grupos humanos, identidades, creencias y orígenes que fomentan una fusión cultural enriquecedora, presente en la música, la pintura, la literatura y otras manifestaciones artísticas reconocidas en todo el mundo.

Artistas como Johnny Ventura, Juan Luis Guerra, Xiomara Fortuna y Michael Camilo han destacado en escenarios internacionales, proyectando el talento creativo y la innovación de la cultura dominicana.

Los dominicanos, a lo largo y ancho del mundo, han sabido mantener viva su identidad, generando dinámicas culturales en lugares como Estados Unidos, Europa y Asia, contribuyendo al panorama literario mundial con figuras como Julia Álvarez, Junot Díaz y Rita Indiana, que junto a gestores culturales en España, Estados Unidos y Canadá, enorgullecen a la nación con su sello distintivo.

Propagación y valoración de la dominicanidad en la era global.

Es esencial difundir la dominicanidad a nivel nacional desde una perspectiva educativa y pedagógica, reconociendo su presencia en el mundo global del siglo XXI.

El concepto de “país”, entendido como la pertenencia a una tierra, a una geografía, a una historia, adquiere una relevancia destacada en el contexto internacional. La apropiación de la marca país se convierte en un elemento crucial para proyectar la dominicanidad como un valor esencial en las Américas, siendo un modelo de desarrollo nacional soberano y libre en el Caribe, por lo que la cooperación internacional desempeña un papel fundamental en este proceso.

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A mi llegada a la isla, envuelto en el sentimiento de “Trópico Escondido” que plasmé en mi poemario del mismo nombre en 1986, descubrí una civilización botánica, orgánica y vital. Mi decisión de quedarme aquí por periodos consecutivos desafió la historia establecida, provocando la envidia de Cristóbal Colón al verme explorar la isla en múltiples ocasiones. Esta tierra me ha inspirado y maravillado de un modo que el descubridor nunca podrá comprender.

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