Expulsión de un integrante del grupo Amarante
Recientemente el ámbito político nacional se vio sorprendido por la expulsión “indigna” de las filas del opositor Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Carlos Amarante Baret, quien ocupó cargos como ministro de Interior y Policía, de Educación, director de Migración, entre otros.
La determinación de dicha expulsión se llevó a cabo de acuerdo a los estatutos del partido en el Tribunal de Disciplina y Ética correspondiente, integrado por Alejandrina Germán, Manuel Galván, Gustavo Guzmán, Elic Fernández, John Garrido, Teodoro Ursino Reyes y Luis García.
Para justificar esta medida, se argumentó que Baret estaba afectando la cohesión interna del partido morado. Según lo establecido, el antiguo funcionario gubernamental estaba intentando persuadir a otros dirigentes para que abandonen el partido en un futuro cercano y así crear una nueva entidad política, la cual, según información que se maneja, pronto será anunciada a nivel nacional.
Además, con la salida de Baret, considerado uno de los pilares del partido en sus últimos tiempos, ¿se verá el PLD libre de complicaciones o se avecinan nuevas crisis a corto plazo? Personalmente, creo que no; por el contrario, el partido deberá ser muy cauteloso y analizar con precisión cada paso a seguir, ya que en el panorama político actual se vislumbra la posibilidad de que otras figuras relevantes, en lugar de ser expulsadas, opten por presentar sus renuncias y buscar nuevas oportunidades en organizaciones con mayores posibilidades a medio plazo para mantenerse en el poder o conquistarlo.
Por ejemplo, figuran casos como los de Domingo Contreras, una figura importante en la capital, así como los exmiembros del Comité Central como Wilton Juma, Jairo Morillo y se rumora que Bladimir Céspedes, presidente del PLD en Puerto Plata, y Jorge Espaillat, presidente de dicha organización en Sosúa, quienes podrían renunciar pronto a la oposición.
Erran aquellos afiliados del PLD que han estado demonizando a Baret, quien, según nuestras fuentes, tiene planes de formar una nueva entidad política, información que no ha sido desmentida por ninguno de los sectores involucrados. Deben recordar que este exsenador es un activista político con una sólida base de seguidores, algunos de los cuales podrían unirse a él y buscar alianzas con otras fuerzas políticas que aspiran al poder en el futuro, como los miembros de la Fuerza del Pueblo, cuya ideología y liderazgo no son tan diferentes a los del PLD.
Se repite, el PLD podría enfrentar nuevas crisis. Están en un terreno movedizo y parecen no estar preparados para resolver los problemas internos que existen y que muchos dentro del partido han preferido ignorar. Se creen los maestros de la política y mantienen a su organización bajo un control emocional basado en sentimientos negativos, olvidando que en política no hay lugar para el afecto ni el desprecio, solo intereses.
El partido debe reconocer sus debilidades, asumir responsabilidades, rectificar si es necesario y tomar un respiro para recuperar fuerzas y encaminarse hacia la reconquista de lo que han perdido vergonzosamente: el poder.